La necesidad de la empresa de ser más competitiva en un entorno global, caracterizado por un fuerte dinamismo y complejidad, lleva a que ésta busque nuevas armas para competir, nuevos factores en los que basar su competitividad. Pero la relativa facilidad para imitar los factores tecnológicos, comerciales, financieros... hacen que el componente humano se convierta en fuente de ventaja competitiva, en el elemento clave en el que basar la diferenciación de la empresa.
Los cambios en las relaciones de trabajo que se dibujan en nuevas estructuras caracterizadas por ser más planas, en las que se expande la información y se distribuye el poder. Y todo ello en pro de una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación al entorno continuamente cambiante. El factor humano es un elemento clave para la flexibilidad de la empresa.
Los importantes cambios sociales, culturales y educativos tienen una repercusión directa en las empresas, que se encuentran con un personal más formado, con nuevos valores... que plantea nuevas exigencias y nuevos retos a la organización. Las relaciones de trabajo también se ven afectadas.
Una de las preocupaciones más importantes de las empresas es la contención de los costes de los RRHH. Para ello los departamentos de RRHH tienden a diseñar sistemas retributivos en los que la parte variable cada vez es más importante. También se puede influir en los costes mediante la reducción de los accidentes laborales, reduciendo el absentismo laboral, la tasa de errores, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario